Ciencia chilena con impacto: La importancia de aumentar el valor de la matriz productiva

Varinka Farren

Por Varinka Farren, CEO de Hub APTA

La transferencia tecnológica es y ha sido un pilar clave en el crecimiento de las economías del mundo, en especial, aquellas en vías de desarrollo. Ha facilitado la apertura de nuevos mercados y diversificado otros, cuyas operaciones, en el largo plazo, favorecen la estabilidad social, económica y política de los países.

Chile tiene grandes oportunidades de crecer a través del conocimiento y la comercialización de sus resultados. La calidad de la ciencia que se realiza en el país es de gran nivel. Pese a que contamos con una comunidad de investigadores/as pequeña (1,1 profesional dedicado a I+D por cada 1.000 habitantes), en promedio, las publicaciones científicas de chilenos han sido citadas 3,7 veces, mientras que el promedio de la OCDE es de 3,8 veces, lo que demuestra el destacado desempeño de los y las profesionales del área.

Debemos seguir colaborando para hacer de Chile y sus tecnologías #MadeINNChile™ un referente y potenciar  la llegada de soluciones tecnológicas a distintos mercados, un objetivo para el cual los hubs estamos mandatados y esperamos continuar empujando con determinación en los próximos años.

El desarrollo de soluciones tecnológicas de alto impacto, provenientes de la academia, ha impulsado a los hubs de transferencia tecnológica a jugar un rol relevante, que apunta a disminuir la brecha de vinculación entre las empresas y la academia; y contribuir en la misión de comercializar soluciones basadas en ciencia y tecnología, que permitan al país dar el anhelado salto en la transformación sostenible de su economía. Éste, sin duda, se vislumbra como el camino idóneo para lograr el bienestar de la sociedad y el fortalecimiento de sus industrias, con miras a enfrentar sus desafíos.

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Por ejemplo, el sector minero -el más importante del país en término de exportaciones-, se encuentra en una fase de limitación de costos y gestión del capital a nivel mundial, lo que ha obligado a las compañías a poner en marcha estrategias para aumentar su productividad, priorizando la sustentabilidad como vía para proyectar su éxito hacia el futuro. En este escenario, las tecnologías juegan un rol relevante, dado que lo anterior implica automatizar, monitorear, controlar y gestionar los procesos, apuntando al desarrollo de una industria inteligente y sostenible, cuya operación maximiza los beneficios económicos y sociales y, al mismo tiempo, minimiza su impacto ambiental.

La consultora McKinsey ha estimado que la implementación de análisis de datos, robótica y otras tecnologías, pueden estimular la productividad de recursos, consiguiendo entre US$ 290.000 millones y US$ 390.000 millones en ahorros anuales a 2035, para los productores en minería metálica y no metálica. En tanto, se espera que el mercado de minería inteligente alcance los US$ 24.230 millones para 2026.

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Hoy más que nunca, hay expectativas de que esta tarea pueda acelerarse, dado que se hizo realidad el compromiso del Gobierno del Presidente Gabriel Boric de aumentar el gasto público en ciencia y tecnología. Por eso, celebramos la Ley de Presupuesto 2023, que contempla una inversión extraordinaria de casi $76.000 millones en este ámbito, y que representa un aumento del 9,6% para potenciar la investigación y desarrollo. Según el Índice Mundial de Innovación (IMI) 2022, Chile se situó en el primer lugar de Latinoamérica, como el país más innovador debido a la valorización de su infraestructura, la calidad de sus instituciones públicas y por producir proporcionalmente más conocimiento y tecnología que sus pares de la región. Sin embargo, es preciso evaluar estos resultados con cautela, dado que este último índice, por ejemplo, no incluye medición de los niveles de dinamismo en los mercados o datos que muestren cuán concentrado están. Sí considera el nivel de sofisticación de las empresas, ítem en el que Chile aparece detrás de Brasil, Colombia y Argentina. Por lo tanto, aquellos indicadores que miden la innovación final producida en el país no son tan auspiciosos, reflejando el desafío que tenemos de traducir nuestras inversiones en innovación en resultados concretos.

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Debemos seguir colaborando para hacer de Chile y sus tecnologías #MadeINNChile™ un referente, y potenciar  la llegada de soluciones tecnológicas a distintos mercados; un objetivo para el cual los hubs estamos mandatados y esperamos continuar empujando con determinación en los próximos años.