Por Jorge Poblete, CEO de We Techs
La disminución de la ley de cobre y el aumento de los costos (+30% en los últimos 5 años), están entre los principales desafíos que enfrenta el sector de la minería en la actualidad. Esto ha empujado a las empresas a invertir en nuevas tecnologías, con el objetivo de mejorar la eficiencia operacional y la gestión de recursos.
Al incorporar automatización, inteligencia artificial, data science, cloud computing, softwares de modelamiento o internet de las cosas industrial en los procesos mineros, se obtienen múltiples y variados beneficios, en procesos productivos, logísticos o de monitoreo de recursos críticos como el agua. Según datos de McKinsey, estas tecnologías han permitido a algunas empresas mineras reducir sus costos operativos en hasta un 20% y han mejorado la utilización de activos mediante un mantenimiento predictivo de los equipos.
Sin embargo, cuando se inicia un proceso de transformación tecnológica, esto tiene un impacto que va mucho más allá de la reducción de costos. En la transición hacia la minería inteligente en que aún nos encontramos, las empresas ya pueden advertir que integrar tecnologías digitales en sus procesos productivos, como parte de su estrategia de negocios, también aporta en el desempeño ambiental en momentos en que crece la presión por mostrar logros en esta área.
Estas tecnologías ya en uso, y las nuevas que vendrán, permitirán que los nuevos proyectos en el área de la minería y la energía que el país está impulsando, puedan desarrollarse en el marco de prácticas sostenibles, contribuyendo a una producción más eficiente y respetuosa con el medio ambiente. Nunca está de más tenerlo presente en este año que se inicia y en el que debemos resolver varios temas y regulaciones relacionados con el tipo de modelo productivo que queremos para Chile.