Gonzalo Montes, director de DIMin U. de Chile: «No existe otra industria que haya hecho tanto por nuestro país como la minería»

Hace algunas semanas asumió como director del Departamento de Ingeniería de Minas (DIMin) de la Universidad de Chile, institución que en el Ranking Shanghai aparece entre las mejores del mundo en este campo, y líder a nivel nacional y latinoamericano. Consciente de lo que significa encabezar esta entidad, Gonzalo Montes Atenas anunció la creación de un fondo de fomento a la investigación, junto con el impulso de alianzas estratégicas para colaborar con entidades académicas del país e internacionales, así como con empresas mineras y proveedoras.

Ingeniero civil químico de la Universidad de Chile, cuenta que ingresó a estudiar a la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas sin saber mucho de qué se trataba la carrera, pero que gracias a su padre (Sergio Montes), tenía alguna idea sobre fundamentos de la química. “Desde mi época de colegio apoyé a mi padre en la obtención de su segundo doctorado en Francia con algunos gráficos y figuras en su tesis, por lo que siempre estuve expuesto a estos temas”, recuerda. 

Entre los muchos profesores que aportaron en su formación, menciona a Roberto Acevedo, en el área de fundamentos de la química, y a Tomás Vargas, quien lo introdujo en temáticas mineras, y le permitió fortalecer aspectos relacionados con la creatividad para resolver problemas.

Tras un doctorado en Geociencias en el Institut National Polytechnique de Lorraine, Francia, donde aprendió técnicas de análisis y metodologías para tratamientos de aguas, trabajó en una empresa química en Chile, interiorizándose sobre surfactantes y la formulación de emulsiones, “que tiene mucha relación con los reactivos que se usan en minería en flotación de minerales”. Posteriormente, partió a realizar un postdoctorado en la Universidad de Manchester, Inglaterra, donde trabajó en estudios fluidodinámicos de espumas y tuvo experiencias prácticas en el área de electroflotación de minerales. 

Uno de los hitos que más lo acercó a la industria minera se dio en la conferencia Flotation en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Allí conoció a investigadores de clase mundial en el área y amigos, como el profesor Marco Vera, artífice de su posterior contratación en el centro JKMRC de la Universidad de Queensland, Australia. “Ahí mi trabajo fue muy diferente a mis labores anteriores en oficinas y laboratorios. Desde el primer momento me enviaron a evaluar plantas de flotación y estudiar aspectos técnicos relacionados con mediciones a escala industrial de parámetros específicos”, puntualiza.

A partir de entonces su acercamiento con las faenas mineras se hizo más intenso, “y de pronto me vi inmerso en este increíble mundo relacionado con la industria más relevante que tiene nuestro país”, destaca en esta entrevista.

– En lo personal y profesional ¿Cómo recibes este desafío de dirigir el DIMin y qué sello pretendes darle?

Es naturalmente una gran responsabilidad. En lo personal, es un gran desafío; pero lo tomo tranquilo, pues luego de 11 años en el Departamento, creo que tengo suficiente madurez para entender los desafíos que involucran las distintas personas y áreas. 

Cuando me presenté al cargo, existía una visión compartida de varias necesidades de desarrollo y aristas que debían ser trabajadas internamente. En este sentido, mi deber es el de proveer las herramientas necesarias para que las personas que trabajan en el Departamento puedan realizar sus funciones de manera eficiente y eficaz, y que sientan que el compromiso que ellas toman también es valorado por nuestra comunidad.

En lo profesional, es obviamente una tarea que se espera de aquellas personas que alcanzan una determinada jerarquía dentro de la Universidad, la cual espero realizar con responsabilidad. Además, deseo que se generen bases sólidas para quien continúe.

El sello que quisiera darle a mi período es una dirección dinámica, manteniendo los espacios de diálogo, pero que se materialicen en acciones concretas, que tengan como objetivo apoyar y mejorar las condiciones para desempeñarnos en un ambiente amable y colaborador. 

– En tu primer discurso hubo mensajes para todos los estamentos e invitaste al cuerpo académico a ser parte de esta administración, pero también se pidieron compromisos. ¿Cuáles aportes y que rol esperas de los diferentes actores?

Uno puede pensar en liderar un equipo de personas, pero si no existe cohesión entre ellas simplemente el sistema no avanza. En nuestro Departamento, como en toda la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, existe una cultura donde la autocrítica y la crítica se sitúa muy a flor de piel. Y es normal en el ámbito científico, donde se basa en la confrontación constante de los paradigmas actuales. Siempre estamos buscando aspectos para ver cómo podemos generar mejoras. 

Mi objetivo es cambiar parcialmente esa perspectiva y que las personas que trabajan al interior del Departamento comiencen también a ver lo bueno y lo relevante que es el trabajo de quien está al lado, y nos atrevamos a felicitarnos. Es un primer paso para motivar y generar un mayor compromiso con las tareas que cada uno/a debe realizar. 

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De mis colegas espero el máximo compromiso con la investigación. Es necesario que, en especial, académicos y académicas que se incorporan al Departamento cuenten con el apoyo para aumentar su productividad científica. De esta manera, tendrán la oportunidad de desarrollar sus propias ideas en el estado del arte de su disciplina. 

Confío que funcionarios y funcionarias puedan realizar con alegría su trabajo y que sientan que esta dirección los apoya y valora. Al mismo tiempo, también esperaré que haya una mejora en los indicadores de eficiencia en los respectivos cargos. 

A nuestras/os estudiantes, queremos que formen parte en iniciativas de infraestructura y de una comunicación más fluida. Las destrezas de una ingeniera o un ingeniero civil de minas debemos llevarlas a un siguiente nivel. Para ello, serán apoyados para alcanzar sus objetivos y recorrer esa “milla extra” de la que tanto se habla para ser mejores profesionales. Con lo anterior, estoy seguro de que nuestras/os egresadas/os, que ya son muy bien recibidos por la industria minera en general, las/os recibirán aún mejor. 

Finalmente, y no menos importante, a la Asociación Alumni y a la industria, queremos que nos consideren como activos suyos, realizando alianzas estratégicas en pos de un beneficio mutuo. Juntos podremos realzar ese rol único que tiene la minería en nuestra sociedad. 

– ¿Cuán distinto ves el mundo universitario hoy, si lo comparas con el que viviste junto a tus compañeros estudiando ingeniería en la U. de Chile? ¿Qué desafíos les plantea esta nueva realidad como cuerpo académico?

Se nota naturalmente el cambio generacional. Siempre que converso con antiguos compañeros de curso, se habla de los tiempos pasados como tiempos mejores. Y claro, dado lo finito del tiempo disponible, tal vez nosotros nos dábamos menos tiempo para criticar y cuestionar situaciones, y dedicábamos más tiempo a estudiar. Hoy en día, las/os alumnas/os son mucho más críticos de lo que nosotros fuimos, además tienen mucha más información a la mano, por lo que los tiempos de búsqueda de documentación para estudiar son mucho menos. 

En los años ‘90 naturalmente se publicaban trabajos científicos, pero se hablaba muy poco de esto. Antiguamente la formación básica estaba fuertemente basada en textos de estudio. Hoy, muchos académicos/as, probablemente debido a su formación doctoral, ya no se conforman con eso y hacen que las/os alumnas/os lean y estudien de artículos científicos con mayor frecuencia. Uno quiere que las/os estudiantes pongan también en práctica toda esa energía y perspectiva de cuestionar cosas al servicio de su propio aprendizaje.  

IMPACTO DE LAS NUEVAS TENDENCIAS

– Hoy han adquirido relevancia temas que quizá antes eran más ajenos a esta disciplina, como el respeto del medioambiente, el territorio, las comunidades… ¿De qué manera los están abordando?

Yo no calificaría el respeto a las comunidades, medioambiente y territorio como un tema ajeno a la industria minera. Existe una amplia historia que la minería ha logrado internalizar en lo que respecta a valores fundamentales de las personas. Hoy esas materias son reconocidas a través de regulaciones, buscando incorporar, de manera institucional, los distintos impactos que genera la industria.

Nosotros, como academia, tenemos la misión de ir a la vanguardia de estos y otros temas, de manera que cada estudiante sea capaz de enfrentar los nuevos desafíos e innovar en soluciones poco convencionales muchas veces, para lograr hacer de la minería una industria amigable y responsable con el entorno y la comunidad.

Somos 14 académicas(os) y alrededor del 40% de ese staff está directamente relacionado con dichas áreas. Tenemos cursos que dan cuenta de este nuevo enfoque, tales como “Minería y Comunidades”, “Agua en Minería”, “Legislación Minera”, y “Sustentabilidad en Minería”, que van en la línea de la sostenibilidad del sector. 

– También se valora contar con equipos diversos. ¿Cómo se incorpora esto en una disciplina como Ingeniería en Minas, que además se desarrolla en un ambiente donde persiste una cultura muy masculinizada?

Aquí existen dos perspectivas que son importantes de mencionar: la multidisciplina que está presente en toda la cadena minera, y la equidad de género. En ambas áreas hay mucho por hacer. 

Respecto de la multidisciplina, se ha hablado de esto por años, pero la implementación aún sigue siendo un desafío. Nosotros contamos, por ejemplo, con el Diploma de Geo-Minero-Metalurgia, donde confluyen todas las áreas: desde la geología hasta la forma en que se extraen uno o más elementos económicamente valiosos del mineral que los contiene. Es complejo que una persona sepa todos los aspectos del negocio minero. Desde una perspectiva de carrera, es en la práctica imposible que estudiantes se titulen contando con un conocimiento acabado en economía, mecánica, eléctrica y electrónica, química, geología, automatización, etc.

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Nuestra propuesta, entonces, es que los y las estudiantes conozcan cada uno de los temas, no necesariamente en profundidad, pero que los entiendan. Pero aún es un desafío en lo práctico. En la industria, los geólogos tienen un vocabulario muy diferente al de los metalurgistas, o los metalurgistas a los ingenieros mecánicos, y ésa es una brecha que hemos intentado reducir en nuestra malla de carrera, así como con Diplomas en nuestros programas de formación continua. 

En relación con la equidad de género, y considerando esa cultura masculinizada, me ha tocado ver y escuchar muchos casos. Existe actualmente una política muy clara de las grandes empresas mineras por lograr cuotas de contratación de mujeres y acortar la brecha. Sería muy interesante poder analizar el impacto que esto ha tenido en la percepción de la industria.

Existen sin duda casos donde efectivamente se han cometido injusticias y esas situaciones se deben combatir y eliminar del sistema. Queremos a las y los mejores estudiantes en nuestra carrera, pues confiamos que con el conocimiento transferido desde profesores a estudiantes, serán objetivamente mejores profesionales. No queremos que el género sea causal de un trato discriminatorio en esta industria, sino que se logre aprovechar las capacidades de cada persona.

– ¿Cómo lo viven ustedes, en el DIMin, en su relación con los estudiantes y en acciones para incrementar la diversidad y paridad?

Una persona, en un ambiente académico, debe ser considerada por sus capacidades y su esfuerzo, y no por su género. Impulsamos iniciativas que genuinamente buscan convocar a alumnas y alumnos por igual. En el momento en que una o un estudiante ingresa a nuestra Facultad tiene absoluta libertad de seleccionar la carrera de su interés, y esperamos que la excelencia, la tradición y el sentido de comunidad que tiene esta carrera sean elementos importantes para dirigir esa decisión. Nuestro deber es mostrar a la comunidad de estudiantes nuestro quehacer de modo que, si optan por nuestra carrera, lo hagan con la mejor información sobre lo que ella.

– La innovación y las nuevas tecnologías están transformando todo rápidamente, lo cual va a requerir nuevas habilidades y capacidades, que no están todas claras aún. ¿Esto les ha llevado a incorporar cambios en la malla curricular, en qué sentido y magnitud?

Esto lo tomamos como algo muy serio. Nos hemos ido adaptando a los nuevos tiempos y requerimientos. Hace un tiempo la Facultad solicitó reducir el largo de las carreras y nosotros lo hicimos con nuestra malla, de modo que el total de la carrera quedara en 5,5 años. 

Adicionalmente, hemos realizado modificaciones incorporando tendencias claras, así como temas claves para nosotros. Como en todas las demás especialidades, tenemos cursos obligatorios que en gran magnitud se han mantenido relativamente constantes en el tiempo, aunque con pequeñas variaciones donde incorporamos cursos tales como “Química Mineralógica”, “Geología para Ingenieros”, “Minería y Sustentabilidad”, “Medioambiente y Comunidades”, “Economía de Minerales”, “Seguridad Minera” y “Economía de Minerales”. 

Además, tenemos una atractiva bolsa de electivos, que permiten a nuestras/os alumnas/os lograr una especialización mayor en áreas específicas. Para nombrar algunos: de “Automatización y Control de Procesos”, “Liderazgo en Minería”, “Innovación y Emprendimiento”, “Taller de Desarrollo de Carrera Profesional”, “Historia social y política de la minería en Chile, siglos XIX y XX”, “Estrategia de Negocios en la Industria Minera”, “Análisis de Datos en Ingeniería de Minas”, “Economía de Recursos Naturales”, “Minería y Desarrollo Económico”, entre otros.

Nuestra asociación Alumni está implementando un programa de mentoría, que será de mucha utilidad pues nuestras/os estudiantes, pues tendrán de primera fuente una idea clara de los requerimientos actuales de la industria minera, lo que les permitirá insertarse profesionalmente mucho más rápido.     

ACERCANDO EL CONOCIMIENTO

– Con tu experiencia en el campo de la investigación en Europa y para otras industrias ¿Cómo ves la relación que hay entre este mundo y la industria minera en Chile? ¿Qué es lo que se debería mejorar?

Europa en muchos aspectos se encuentra mucho más desarrollado que nosotros. Debido a que no tienen yacimientos importantes, su perspectiva de la minería ha evolucionado a lo que es la minería urbana y el reciclaje. Si bien existen casos de éxito, se trata de áreas bastante inexploradas en comparación con lo que hoy sabemos de la minería convencional. 

Existen tecnologías que se pueden clasificar como avanzadas, pero hay otras que uno analiza y pudieron perfectamente haber sido desarrolladas en nuestro país. Ahí es donde hoy está el desafío: no esperar que los desarrollos tecnológicos provengan desde el medio internacional.

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Es nuestro deber el acercar el conocimiento que existe hoy en día de todas estas tendencias a nuestras/os estudiantes. Y lo estamos haciendo a través de convenios con diferentes universidades y empresas mineras, donde tenemos profesores que están fuera de nuestro país y hacen clases en nuestro departamento. 

Pero también se da una situación especial. Dada la posición de nuestro Departamento de Ingeniería de Minas en rankings mundiales, estamos también ejecutando convenios que buscan que nuestras/os académicas/os realicen cursos para universidades y empresas mineras extrajeras. Esto para nosotros no sólo es un orgullo, sino también una oportunidad única de valorizar nuestro cuerpo docente y de vitrina para nuestras/os egresadas/os, que podrán acceder luego a puestos en estas entidades. El haber realizado sus estudios de pre y eventualmente post-grado en nuestro departamento, será su tarjeta de presentación al resto del mundo. 

– ¿Qué desafíos tiene el DIMin en este ámbito?

En este mundo globalizado, tenemos muchos desafíos. En los siguientes dos años que me corresponde actuar como director de Departamento nos centraremos en cuatro ejes fundamentales:

1) Profundizar los lazos con instituciones nacionales e internacionales. Queremos promover la generación de alianzas que sean estratégicas para el DIMin, donde no se presenten convenios que luego dormirán en un escritorio. Queremos convenios que representen un beneficio y que éste sea mutuo. 

2) Incorporar en nuestras aulas información sobre nuevas tecnologías y tendencias. Es ampliamente reconocida la calidad que tiene el Plan Común en nuestra Facultad. Ahí la/el estudiante no sólo aprende conceptos básicos sobre las ciencias fundamentales, sino que ‘aprende a aprender’. Nuestras/os profesoras/es ya no tienen que estar repitiendo lo que aparece en textos de estudio, pues las/os estudiantes tienen acceso a esa información. Entonces, podemos ir más allá y acercarlas/os al estado del arte de las distintas temáticas.  

3) Ajustar el número de salidas a terreno. Esperamos consensuar el aporte al desarrollo profesional que tiene la visión práctica y también el desarrollo teórico, además de promover distintos espacios de trabajo no sólo directamente en las operaciones mineras.

4) Promover la innovación a todo nivel. Este aspecto es transversal a todos nuestros cursos. Queremos desafiar a nuestras/os alumnas/os a proponer soluciones a problemas no resueltos en todas las áreas temáticas.  

– ¿Qué esperas de la contraparte, es decir de la industria, para que esta relación y sus resultados sean más potentes?

Sabemos que fuera de Chile las empresas y las universidades trabajan de forma mucho más cercana que lo que se hace al interior de nuestro país. Esa cultura se ha instalado a nivel internacional, pues de ambos lados valoran lo que hace el otro. Queremos avanzar en la instalación de esa realidad en Chile. 

Junto a mí hay 14 profesores/as full time expertos en diferentes áreas del conocimiento relacionado con el negocio minero. Queremos que la industria minera mire y aprecie esta situación. El apoyo mutuo permitirá apoyarles en sus desafíos y, por nuestra parte, mejorar radicalmente la calidad de nuestro aporte científico para la sociedad. 

Por ejemplo, la mejora de laboratorios significa una mejor formación a los futuros profesionales que ellos contratarán, además de ser un espacio para reconocer problemas técnicos reales y promover soluciones aplicadas. Es el ciclo virtuoso perfecto. Pero no es suficiente decirlo; debemos hacerlo, y ese es nuestro compromiso actual. 

En este sentido, nos mueve una idea esencial: no existe otra industria que haya hecho tanto por nuestro país como la minería. Esto último esperamos que se vuelva un discurso compartido, y de ahí viene la relevancia que tiene nuestro quehacer. 

– ¿Cuál crees que es el aporte que puede y debe hacer el DIMin a una minería más sustentable y que también sea apreciada por la sociedad?

El Departamento de Ingeniería de Minas está comprometido con promover un cambio cultural. Esto lo podemos lograr a través de difundir e impulsar el desarrollo de nuevas tecnologías, y de un desarrollo profesional integral para aumentar la sostenibilidad del negocio minero. 

Si esto último se lleva a cabo de buena forma y se dan a conocer nuevas tecnologías que tienen por objetivo mejorar la calidad de vida de comunidades cercanas a faenas, así como reducir el impacto al territorio y el ambiente, comenzaremos a cambiar la percepción negativa que tiene una fracción de la comunidad respecto de este negocio. 

Tenemos la oportunidad de generar aportes en términos de la calidad del aire, de las aguas, de la vida de las personas… Con el apoyo de los actores presentes en la industria, podemos generar mejoras y comunicarlas debidamente a la población.