Marcelo Esquivel, grupo Anglo American: «Es clave comunicar que la minería es fundamental para la transición a un mundo descarbonizado»

“Nuestro mayor desafío comunicacional es que la gente se dé cuenta de que necesitamos más minería”, subraya Marcelo Esquivel, gerente de Comunicaciones Externas y Marketing para el Grupo Anglo American.

Periodista de la Pontificia Universidad Católica, magíster en administración de la U. de Chile y MBA de Tulane University, Marcelo cuenta con 17 años en el grupo minero, de los cuales los últimos ocho años ha trabajado desde sus oficinas centrales, en Londres, liderando el área de comunicación externa de la compañía, a nivel global. 

En esta entrevista quisimos conocer su experiencia y mirada de ese mundo, alejado de las faenas, pero donde se toman las grandes decisiones corporativas que determinan el futuro de la industria.

– ¿Qué importancia le daban a las comunicaciones externas, cuando ingresaste a Anglo American?

Llegué a Anglo American en 2005 para hacerme cargo de la gerencia de Asuntos Externos para Chile, después de trabajar en Canal 13, como reportero de economía; en AT&T, como PR manager para Chile; y en ENAP, como jefe de Comunicaciones de Exploración y Producción. 

En esa época,  Anglo American era una empresa mayormente desconocida (en Chile). Había comprado Mantos  Blancos y Mantoverde en los ‘80, invertido en Collahuasi (donde posee el 44%, al igual que Glencore), y en 2002, había adquirido Disputada -hoy Los Bronces-, lo que en su época generó algo de polémica por el tema tributario (por parte de su anterior dueño: Exxon Mobil).  Era una empresa bastante alejada de los medios, como en general lo eran las compañías mineras, salvo Codelco.

– ¿Cómo surgió la oportunidad de ir al corporativo, en Londres? 

Siempre tuve el interés de trabajar fuera de Chile, y viajaba a Londres dos o tres veces al año, a reuniones de la compañía. Fue en 2014 cuando se concretó la posibilidad de ir a trabajar a Inglaterra, a cargo de las comunicaciones de la división Base Metals, reportando a Duncan Wanblad, quien en esa época era CEO de esa área, y hoy lo es del Grupo. En 2016 pasé a estar a cargo de las comunicaciones corporativas externas de Anglo American. 

– ¿Cuáles son tus responsabilidades en ese cargo?

Mi responsabilidad es gestionar el posicionamiento y la reputación global de la compañía, desde la comunicación; lo que  incluye la gestión de la marca Anglo American. Para ello, trabajamos con los equipos de los países donde tenemos operaciones: Chile, Perú, Brasil, Sudáfrica, Zimbabue, Australia, Finlandia y Singapur. En concreto, veo las relaciones con los medios, desarrollo de contenidos, mensajes, publicidad y marketing. También, la comunicación digital, vale decir: sitio web, redes sociales, vídeos, fotografías… 

También veo los reportes, como la memoria anual, y los de sustentabilidad, de cambio climático, de pago de impuestos y contribuciones económicas, entre otros. Además, localmente soy responsable del contacto con los medios financieros, como Bloomberg, Financial Times o Reuters, ya que al estar listados en Londres (en la London Stock Exchange), nuestra responsabilidad es mantener un flujo de información a los inversionistas y analistas de mercado. 

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– ¿Cómo fue el cambio de pasar a trabajar en otro ambiente y cultura?

Hay una diferencia, ya que si bien trabajaba y reportaba en inglés desde Chile, en esas reuniones la gente asumía que no era mi idioma nativo, y probablemente hacía un esfuerzo por hacerse entender y por entenderme. Pero estando en Londres es un desafío participar, por ejemplo, en una reunión donde hay diez personas, hablando rápido y con distintos acentos. Hay que afinar el oído. Al principio es fuerte y cansador, especialmente en mi caso, porque el lenguaje y la comunicación son mis herramientas de trabajo. Pero es entretenido, es lo que yo buscaba y Anglo American es una gran empresa para trabajar, no por nada he estado 17 años aquí. 

Al final del día, yo aporto una mirada diferente desde mi origen de sudamericano, con experiencia en la mina, de conocer muy bien la operación y entender el negocio del cobre. 

Cuando uno llega a una casa matriz, donde hay personas que conocen desde la teoría y saben mucho de minería, pero en la práctica no han estado en una faena, es un valor entender y haber visto cómo funciona una mina en la realidad del día a día.

DESAFÍOS COMUNICACIONALES

– ¿Cómo se vive la minería en ese ambiente, alejado y ajeno al quehacer de las operaciones? 

Inglaterra tiene una historia de país minero, tenía minas de carbón y mineral de hierro que progresivamente fueron cerrando. Pero hoy está muy lejos de ser un país minero como lo es Chile, y la minería no está presente en el día a día de las personas.

Londres es el centro financiero mundial para la minería, donde se vive esta actividad desde el punto de vista de la inversión. Tenemos el mundo de las ONGs, que tienen una mirada respecto del sector que es necesario escuchar; y al mundo político, tanto del Reino Unido, como de la Comunidad Europea y otros organismos internacionales, que tiene opinión respecto de las regulaciones que impactan a esta industria. 

– ¿Cuáles son los temas relevantes para Anglo American, comunicacionalmente?

Creo que hoy es clave comunicar que la minería es fundamental para la transición a un mundo descarbonizado. Sin los metales y minerales, que esta actividad produce, esa transición y el combate del cambio climático serán imposibles. Necesitamos más minería, no menos; y debe ser sustentable, con menor huella socioambiental y con las personas en el centro. En eso estamos trabajando en Anglo American.

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Por eso es satisfactorio ver que temas que antes no eran muy relevantes para los medios, ahora sí lo son, como por ejemplo la seguridad. Todos quienes trabajamos en minería sabemos que la seguridad es la prioridad, siempre, y eso se está reflejando hoy en los medios. 

Otras materias importantes son la inclusión y la diversidad, especialmente porque la minería ha sido tradicionalmente una industria masculina, jerárquica, machista, y eso, por suerte, ha ido cambiando con mucha fuerza.

La minería es una industria que obviamente tiene impactos, pero estamos en un esfuerzo genuino por reducir el uso de agua, de energía y de emplear fuentes renovables. Todo eso hay que comunicarlo correctamente.

– Respecto a la inclusión y diversidad ¿Cómo han enfrentado el desafío de incorporar más mujeres en la compañía?

Probablemente una de las dificultades para atraer más mujeres son las características propias de una operación minera: distancia, altitud y turnos. Hoy estamos preocupados de facilitar a todas las personas que trabajan para Anglo American el que se pueda compatibilizar el rol familiar y la vida personal, con trabajar para la compañía.  A lo que aspiramos es a generar ambientes inclusivos, donde todos se sientan cómodos y seguros, para ser ellos mismos y dar lo mejor de sus capacidades. Eso incluye el esfuerzo por eliminar todo tipo de discriminación, bullying o acoso, ya sea en faenas mineras u oficinas.  

Con esto también se relaciona la inversión que estamos haciendo en automatización, en los controles remotos de operaciones. Por ejemplo, el de Los Bronces, que tenemos en Santiago. Lo anterior impacta positivamente en la seguridad, por no tener que exponer a las personas al clima, al transporte o a la altura, donde se ubica esta faena (en la Cordillera, la Región Metropolitana).

Tenemos el objetivo de alcanzar un 33% de mujeres en puestos de gerencia de la compañía, en todas nuestras unidades de negocio, y también de alta gerencia a nivel corporativo, al 2023. A finales del año pasado, el Directorio de Anglo American contaba con cinco mujeres y siete hombres. 

– ¿Cuáles consideras que son los desafíos que tiene la industria minera?

El desafío de la industria, es que se entienda que el mundo necesita más minería. Necesitamos más cobre,  níquel, platino, litio, mineral de hierro. Sin minería no vamos a poder hacer la transición hacia una economía descarbonizada, simplemente no se puede. 

Si hablamos solamente de cobre, según estimaciones del sector, de aquí a 2040 la demanda adicional generada por la transición a la economía descarbonizada será de aproximadamente  17 millones de toneladas, lo que equivale a 50 minas nuevas como Los Bronces; y eso no existe ni va a existir.  Eso se está discutiendo actualmente en los países desarrollados: el tema de los minerales críticos para la transición y cómo se van a conseguir. 

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– ¿Qué barreras ven desde Londres para que se avance en la construcción de nuevos proyectos?

Las empresas mineras toman sus decisiones de inversión considerando muchísimos factores, entre ellos el atractivo geológico, riesgos geopolíticos y los costos en todos los ámbitos; pero un tema relevante es la estabilidad, y en eso Chile ha sido fantástico en los últimos años. Es lo que permitió que se convirtiera en el país líder en minería de cobre, con todos los innumerables beneficios que eso ha traído.

– ¿Sigue siendo percibido igual?

No creo que eso haya cambiado. En minería las decisiones son de largo plazo. Arriesgamos miles de millones de dólares de nuestros accionistas en inversiones que rentarán en el largo plazo y que necesitan de estabilidad. Ese es el desafío de todos los países por atraer inversión minera. Y el reto para nosotros, los mineros, es hacer una minería sustentable, con las personas al centro, y que genere beneficios para todos los grupos de interés, desde los accionistas a las comunidades locales. 

QUELLAVECO

– ¿Cómo ha sido la puesta en marcha de Quellaveco, en Perú?

Esperamos que tome, más o menos, doce meses en llegar a plena producción. Estimamos que este año produzca entre 80.000 y 100.000 ton de cobre; en régimen debiera generar más de 300.000 ton de cobre fino al año. 

– Quellaveco es una faena muy moderna. ¿En qué se distingue?

En Quellaveco hemos aplicado muchas de las nuevas tecnologías que hemos estado desarrollando. Y con justa razón la llamamos la primera mina 100% digital, porque hemos incorporado el uso y gestión de la data que genera la operación para optimizar los procesos, en tiempo real. 

Además, tiene una flota de 28 camiones autónomos, perforadoras autónomas, un centro integrado de manejo para toda la mina, y mucha tecnología aplicada, que sirve para hacerla más segura y eficiente. 

– ¿Eso ha requerido perfiles profesionales diferentes al de las clásicas faenas?

Sí claro. Tenemos el desafío como industria de transitar a un nuevo tipo de trabajo en la minería. Y eso implica mucha capacitación y un intenso trabajo de reclutamiento. Hoy día nosotros estamos incorporando especialistas en data science, computer science, que están aportando desde el punto de vista de la informática. Son empleos diferentes.