La importancia de la educación temprana sin estereotipos de género, la necesidad de inspirar a mujeres para que trabajen en el rubro minero e impulsar la creación de redes femeninas fueron algunas de las conclusiones del panel que se realizó en el seminario “Mujer, minería y ciencia: disminuyendo brechas para lograr equidad en el mundo público-privado”, organizado por el Advanced Mining Technology Center (AMTC) de la Universidad de Chile, con el apoyo de la iniciativa Compromiso Minero.
La actividad congregó a representantes de la industria minera, la academia y el Gobierno, quienes conversaron del estado de la participación femenina en las empresas mineras y la investigación científica, y sobre cómo cerrar las brechas que aún existen.
El evento inició con palabras de la prorrectora de la Universidad de Chile, Alejandra Mizala, quien afirmó que si bien en la Universidad de Chile más del 50% de sus estudiantes son mujeres, estas se concentran en carreras de salud, educación, artes y humanidades. En las carreras científicas menos del 30% de sus estudiantes son mujeres. “Se observa una brecha importante de género en las pruebas de acceso a la universidad. Eso tiene que ver con algo que ocurre en el hogar y en los establecimientos educacionales. En el hogar hay una transferencia de expectativa de roles de madre a hija, pero padres y madres también tenemos influencia muy importante en los juegos y eso se manifiesta en las expectativas sobre las carreras que van a estudiar nuestros hijos”, dijo.
A continuación se realizó el panel de conversación que estuvo conformado por Ana Raquel Martínez, seremi metropolitana del Ministerio de la Mujer y de Equidad de Género; Marcela Munizaga, vicedecana de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile; Verónica Fincheira, gerenta del Consejo de Competencias Mineras (actualmente alianza CCM-Eleva); Alejandra Wood, directora de Codelco y exdirectora ejecutiva de CESCO, y Nancy Pérez, Project Excellence Manager de CODELCO y directora de Enami.
En cuanto al trabajo que está haciendo el Gobierno para fomentar la equidad en la educación, Ana Raquel Martínez contó que uno de los desafíos más grandes era lograr que las mujeres permanecieran en lugares de trabajo donde la presencia masculina es mayoritaria. “Los espacios masculinizados profundizan la violencia de género. Es nuestro deber como sociedad preparar y sensibilizar a esos espacios, sean empresas o universidades. Hay que ser conscientes de los estereotipos y de conductas machistas que pueden hasta ser violentas”, afirmó.
Por su parte, Verónica Fincheira destacó el aumento progresivo de mujeres en el sector minero: si antes la cifra alcanzaba un 7,1% del total, hoy llega al 15%. “Para la minería del 2030 se requieren 25.000 nuevos puestos de trabajo. ¿Qué vamos a hacer para encontrar a esas personas? Inspirar a más jóvenes que quieran trabajar en esta industria”, opinó. Agregó que su institución está trabajando en un monitoreo semestral de inclusión laboral, lo que ha arrojado que en los últimos seis meses ha habido un 34% de aumento en la contratación de mujeres.
Nancy Pérez, refiriéndose al papel que deben tener los hombres en el cierre de brechas de género, expresó que muchas veces el desafío no son los hombres en sí, sino las jerarquías que no crean nuevos espacios: “Hay mujeres tremendamente capaces, pero nos falta trabajo en hacernos visibles, los hombres tienen que dar ese espacio. Llegar más arriba en las organizaciones no se hace con las mismas herramientas, sobre todo en ambientes muy masculinizados donde la competencia es dura. No por las competencias o capacidades, sino por la articulación de redes, de clubes o grupos que van abriendo los espacios a ciertas personas. Por eso hay que generar más redes entre mujeres”, precisó.
En su turno, Alejandra Wood habló sobre el rol de las mujeres en directorios de empresas mineras: “Habemos pocas mujeres en directorios, aunque más que antes. Nuestra presencia es una tremenda contribución porque normalmente ponemos preguntas que no están sobre la mesa”. También se refirió al valor de la diversidad que surge con la incorporación de mujeres en directorios: “Es muy relevante que exista diversidad en el nivel de toma de decisiones, puesto que ese sector se enfrenta a hacer una nueva minería, y esa nueva minería no se va a poder hacer si están los mismos de siempre en los puestos de toma de decisiones”.
Para finalizar, la profesora Marcela Munizaga expuso la situación desde la academia. “En nuestra facultad nos hemos planteado como meta llegar a 35% de participación femenina en todos los niveles: pregrado, posgrado, movilidad internacional, profesoras titulares, y ojalá 35% de rectoras en todo el ámbito universitario. Eso va a lograr que esto ya no sea tema, que llegue a ser natural aunque no llegue naturalmente y haya que tomar acciones concretas”, añadió.