Por Ana Salazar, presidenta de WIM-Chile (Women in Mining).
En este 8 de marzo en que conmemoramos a las mujeres del mundo en su lucha por la igualdad de derechos y oportunidades, quisiera sumarme desde una perspectiva productiva que habitualmente es considerada masculina, como lo es la minería.
Conozco desde adentro a esta industria y soy una defensora de ella, porque sé los enormes pasos que ha dado en la inclusión, así como también soy consciente de los transversales beneficios que genera para el conjunto del país, así como a las comunidades en donde se desarrolla.
Si bien hay un fuerte trabajo que muchas empresas están desarrollando para ser más inclusivas, tenemos aun un camino por desarrollar en cuanto a las condiciones de trabajo, la conciliación con la vida familiar y, particularmente, en las políticas de seguridad –física y sicológica-, para que las mujeres se sientan seguras., permanezcan y se desarrollen en la industria. Las mujeres enfrentan múltiples desafíos que incluyen barreras culturales y estructurales que ralentizan el acceso y el progreso estable del talento femenino en la industria minera, y para eso estamos desarrollando trabajo conjunto para generar las oportunidades de desarrollo profesional y acceso a roles de liderazgo para ellas y en eso hemos ido avanzando.
Es por eso que hoy tenemos motivos para estar contentas en la conmemoración de este Día Internacional de la Mujer. En la última década la participación femenina en el país, como promedio, se ha elevado del 8% al 18%. Recientemente hemos conocido casos destacados, como el 40% logrado por BHP, el 20% de Antofagasta Minerals, o uno muy especial, que el 60% del comité ejecutivo de CMP sean mujeres.
Las oportunidades para las mujeres en la minería están creciendo, especialmente en áreas donde la diversidad y la inclusión están siendo reconocidas como clave para la innovación y el éxito empresarial. Existen oportunidades específicas en roles técnicos, de liderazgo, y en la promoción de prácticas sostenibles y responsables socialmente. El sector minero también ofrece la posibilidad de contribuir a la transformación hacia una minería más sostenible y respetuosa con el medio ambiente, áreas donde las perspectivas femeninas son especialmente valiosas. Empresas como Antofagasta Minerals y otras están comprometidas a alcanzar el 30% de dotación femenina al 2025, por lo que se están generando oportunidades de contratación e integración de talento femenino.
La incorporación de la mujer en la minería es tambíen un acto lógico, porque las mujeres somos el 50% de la población y el 50% de la fuerza laboral del país. Además, se ha constatado que la mayor participación de mujeres en roles operativos y de liderazgo beneficia tanto a las empresas como a la industria en general al promover una mayor diversidad de pensamiento, lo que conduce a la innovación y mejora la toma de decisiones.
La inclusión de mujeres en la minería ayuda a mejorar la cultura laboral, incrementa la rentabilidad y contribuye al desarrollo sostenible de la industria tal y como se indica en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Por todo lo anterior, en este 8 de marzo, reitero que través de WIM Chile, esperamos continuar colaborando con distintas empresas para implementar políticas de equidad de género más robustas. Nuestro objetivo es influir en políticas públicas que fomenten un ambiente más equitativo e inclusivo en la industria, y a aumentar la visibilidad de las contribuciones femeninas en todos los niveles del sector minero, especialmente incorporando talento femenino en los roles de toma de decisión.
