Con la convergencia de inteligencia artificial, gemelos digitales y monitoreo remoto, la minería chilena avanza hacia un modelo más eficiente, seguro y sostenible, donde el capital humano sigue siendo clave.
La industria minera chilena, responsable de más del 10% del PIB nacional y generadora de empleo directo para más de 280 mil personas, está viviendo una transformación profunda. Bajo el concepto de Minería 5.0, el sector integra tecnologías avanzadas con conocimiento experto, priorizando la sostenibilidad ambiental y el bienestar de los trabajadores y comunidades.
Según la revista Reporte Minero y Energético, la minería autónoma y la analítica avanzada lideran el ranking de tecnologías más relevantes para este nuevo modelo. A su vez, un estudio de McKinsey proyecta que la digitalización puede elevar la productividad minera entre un 15% y un 20%.
Chile ha respaldado esta tendencia con una inversión superior a los 69.000 millones de dólares en proyectos mineros entre 2022 y 2030, apuntando a procesos más eficientes y automatizados. Tecnologías como inteligencia artificial (IA), Internet de las Cosas (IoT) y gemelos digitales ya están presentes en operaciones mineras, permitiendo monitoreo en tiempo real de variables críticas como emisiones, consumo energético y eficiencia de equipos.
“Los gemelos digitales han evolucionado hacia modelos dinámicos que simulan el comportamiento físico de equipos y procesos, conectando datos en tiempo real con representaciones virtuales cada vez más precisas”, explicó Patricio Ortiz, Data Scientist de Coddi.
Por su parte, Nicolás Orellana, Gerente de Operaciones de X-Analytic, sostuvo que el verdadero avance de la Minería 5.0 no radica solo en adoptar nuevas tecnologías, sino en combinar experiencia humana y herramientas digitales:
“La clave está en potenciar la experiencia de los profesionales mineros con soluciones tecnológicas avanzadas, creando un ecosistema donde la inteligencia artificial actúe como un aliado estratégico”.
Ortiz agregó que la IA ya genera impactos tangibles en áreas como mantenimiento predictivo, procesamiento y logística, anticipando escenarios y optimizando recursos.
En paralelo, la sostenibilidad ha ganado protagonismo. Hoy, el 70% de la energía utilizada por la gran minería proviene de fuentes renovables, y el uso de sensores de alta precisión ha mejorado la gestión hídrica y la reducción de la huella de carbono.
La protección del capital humano también se ha fortalecido con tecnologías que automatizan tareas peligrosas y permiten supervisión remota más efectiva. La realidad aumentada y los sistemas ciberfísicos están siendo integrados para colocar a las personas en el centro de la operación minera.
“Estas herramientas no solo mejoran la productividad, sino también el bienestar y la seguridad de los trabajadores”, concluyó Orellana.