La estatal proyecta una caída de 33 mil toneladas en su producción anual de cobre y un fuerte impacto en el margen neto de la división, debido a la detención de sectores clave tras el accidente ocurrido el 31 de julio.
En una nueva sesión de la Comisión de Minería y Energía del Senado, los principales ejecutivos de Codelco —incluidos Máximo Pacheco, presidente del directorio; Rubén Álvarado, presidente ejecutivo; y Mauricio Barraza, vicepresidente de Operaciones— continuaron entregando antecedentes sobre el accidente ocurrido el pasado 31 de julio en la División El Teniente y los pasos dados desde entonces para reactivar la operación de forma segura y progresiva.
Durante la instancia, los directivos detallaron el Plan de Retorno Gradual y Seguro que ha permitido reanudar las operaciones en los sectores no afectados, bajo estrictos estándares de seguridad. Mauricio Barraza explicó que el plan contempla validaciones técnicas, chequeos de habitabilidad, revisión de refugios y vías de evacuación, jornadas de reflexión antes de cada turno y control estricto de las actividades, todo supervisado por Sernageomin y la Dirección del Trabajo.
Respecto a los sectores directamente involucrados en el accidente, Andesita y Recursos Norte, Barraza fue enfático: “Por este momento no reiniciaremos las actividades hasta terminar las investigaciones, tanto por los entes externos de la compañía como los Review Board y por la revisión internacional que nos está ayudando”.
Durante la sesión también expusieron la ministra de Minería, representantes del Sernageomin, sindicatos y federaciones mineras, quienes coincidieron en la necesidad de mantener la participación activa de los trabajadores en los procesos de prevención y mejora de condiciones laborales.
“Ningún objetivo productivo estará jamás por sobre la seguridad y el cuidado de nuestros trabajadores y trabajadoras”, afirmó Máximo Pacheco, reiterando el compromiso con el diálogo sindical y el cumplimiento riguroso de todos los protocolos. “En Codelco no existe dilema entre producción y seguridad y por eso, estamos ejecutando un proceso de reinicio paulatino, riguroso y bajo estrictos criterios de seguridad”, agregó.
En cuanto a las consecuencias económicas de la paralización, el presidente ejecutivo, Rubén Álvarado, señaló que se estima un impacto global de US$ 340 millones en el margen neto, lo que repercutirá directamente en el EBITDA de la división y la Corporación. Esto incluye una caída estimada de 33.000 toneladas métricas de cobre fino en la producción de 2025, una disminución en el margen por venta de cobre de US$ 233 millones, y menores gastos variables por US$ 88 millones, además de costos fijos por la detención de faenas y la concentradora.