El centro de estudios lanzó un programa en el GAM con medidas para atraer inversión, modernizar la institucionalidad e impulsar la innovación, buscando que Chile alcance 6,5 millones de toneladas de cobre y un millón de toneladas de litio en la próxima década.
La minería sigue siendo el principal pilar de la economía chilena, con más del 40% de los ingresos fiscales y liderazgo mundial en cobre. Sin embargo, la caída en la inversión exploratoria, la complejidad de los permisos y la baja apuesta por la innovación han restado competitividad frente a otros distritos mineros. En este escenario, el Centro de Estudios del Cobre y la Minería (CESCO) presentó el documento “Reforzar lo que funciona, transformar lo que limita: Un nuevo impulso de crecimiento para Chile desde la minería”, que contiene 21 propuestas para dinamizar el sector.
El informe proyecta que, con una estrategia adecuada, Chile podría producir 6 millones de toneladas de cobre fino en cinco años, superar los 6,5 millones en la próxima década y alcanzar un millón de toneladas de litio en diez años, además de consolidar proyectos en oro, hierro, cobalto y tierras raras. También plantea duplicar cada cinco años las exportaciones de proveedores y conocimiento minero.
Las propuestas se organizan en tres ejes. El primero busca atraer inversión de calidad, proponiendo un seguro de invariabilidad tributaria y nuevos incentivos a la exploración. El segundo apunta a fortalecer la institucionalidad, con la modernización de SERNAGEOMIN y COCHILCO, ajustes en la gobernanza de CODELCO y ENAMI, y la consolidación de la Política Nacional Minera 2050. El tercero se centra en innovación y transformación productiva, incluyendo destinar parte del Royalty Minero a I+D y crear una Estrategia Nacional de Innovación en minería subterránea, litio, relaves y economía circular.
Durante el lanzamiento, el director ejecutivo de CESCO, Jorge Cantallopts, señaló que Chile debe mejorar su atractivo para el capital y potenciar la internacionalización de sus proveedores. La académica Marcela Angulo advirtió que la minería requiere metas claras y seguimiento, mientras que el ex biministro Juan Carlos Jobet enfatizó la necesidad de medir el impacto real de los recursos destinados a I+D. En tanto, Daniela Desormeaux subrayó que los relaves deben entenderse como activos, y el sociólogo Alberto Mayol apuntó a la sinergia pendiente entre minería y energía como una oportunidad estratégica.
El panel de discusión, que reunió a referentes de la academia, la política pública y la industria, coincidió en que las medidas de CESCO apuntan a reposicionar a Chile como líder competitivo y sostenible, capaz de aportar a la transición energética global y generar mayor valor compartido para el país.