El repunte responde a retiros masivos desde bodegas del LME, un mercado físico cada vez más estrecho y el desvío de grandes volúmenes de metal hacia EE.UU. ante la expectativa de aranceles.
El cobre volvió a marcar un máximo histórico en la Bolsa de Metales de Londres (LME), impulsado por un fuerte aumento en las órdenes de retiro desde sus bodegas y por la creciente preocupación ante un estrechamiento global de la oferta. Durante la mañana del miércoles, los futuros en Londres subieron hasta 2,6%, superando los US$11.400 por tonelada y rompiendo el récord establecido apenas dos sesiones antes, aunque luego retrocedieron hacia los US$11.100.
El rally se ha intensificado en las últimas semanas ante advertencias de traders y analistas que alertan sobre inventarios globales en niveles críticamente bajos, mientras enormes volúmenes de cobre se están enviando a Estados Unidos para capturar la prima del mercado Comex y anticiparse a una eventual imposición de aranceles. Solo en lo que va del año, el precio de referencia del LME acumula un alza superior al 30%, mientras que los futuros estadounidenses han subido aún más ante las expectativas de que el gobierno de Donald Trump termine aplicando gravámenes a las importaciones de cobre refinado.
La tensión del mercado se remonta a julio, cuando los contratos Comex alcanzaron precios récord ante la expectativa de un arancel de 50%. Si bien finalmente las tarifas se aplicaron solo a productos de cobre con mayor valor agregado, la Casa Blanca anunció que revisará en 2027 una posible extensión de gravámenes a cobre de calidad commodity. Esa incertidumbre ha provocado que traders globales vuelvan a intensificar envíos hacia puertos estadounidenses.
Según la estratega de Bloomberg Nour Al Ali, la magnitud de los retiros desde bodegas del LME sugiere que la disponibilidad de metal está disminuyendo más rápido que en meses anteriores y que la estrechez podría agudizarse de cara al próximo año. En paralelo, productores han comenzado a fijar primas récord para clientes en Europa y Asia, quienes buscan asegurar suministro y compensar el atractivo del mercado estadounidense.
Mercuria Energy Group anticipó recientemente que la dinámica actual podría desencadenar una fuerte escasez mundial hacia el primer trimestre de 2026, empujando los precios a nuevos niveles sin precedentes.
A los factores comerciales se suma una cadena de disrupciones en minas desde Chile hasta Indonesia, que han reducido la oferta disponible. Este miércoles, Ivanhoe Mines recortó su proyección de producción para el complejo Kamoa-Kakula en la República Democrática del Congo, mientras que Glencore ajustó a la baja su meta para 2026, tras registrar una caída de 40% en su producción desde 2018. La menor disponibilidad de concentrado también está tensando las negociaciones entre fundiciones y mineras chinas para el próximo año.
