Con foco en innovación, inclusión y sostenibilidad, la ejecutiva se convierte en la primera mujer en liderar esta posición en Latinoamérica dentro de la compañía.
América Latina ha avanzado en igualdad de género, pero aún enfrenta brechas en la participación femenina en cargos estratégicos, especialmente en sectores técnicos e industriales. Según el Foro Económico Mundial, en 2024 las mujeres ocuparon el 36,4% de los puestos de liderazgo senior en la región, un indicador que evidencia la necesidad de seguir impulsando representatividad equitativa.
En este contexto, el nombramiento de Luisa Fernanda Gómez como directora regional de Andina y Caribe en Rockwell Automation marca un hito relevante: es la primera mujer en asumir esta posición en Latinoamérica. Ingeniera electrónica formada en la Universidad Autónoma de Occidente (Colombia), Gómez cuenta con más de 15 años de experiencia en liderazgo comercial y estratégico. Ingresó a Rockwell en 2010 y recientemente lideró el equipo de industria pesada en México.
“Ser la primera mujer en este cargo representa un paso importante hacia una industria más equitativa e inclusiva. Me compromete a seguir abriendo espacios para que más mujeres puedan desarrollarse y liderar en el sector tecnológico”, afirmó Gómez.
Su gestión tendrá como ejes la diversidad, la transformación digital y la sostenibilidad. Entre sus prioridades está continuar fortaleciendo programas internos de mentoría, visibilizar el trabajo de equipos diversos y consolidar espacios seguros de desarrollo profesional. “La diversidad no es solo un valor, es una condición clave para la innovación”, subrayó.
En el ámbito estratégico, Gómez liderará la expansión de Rockwell en sectores como minería, petróleo y gas, alimentos y bebidas, y manufactura, áreas que aún enfrentan importantes retos en digitalización e infraestructura tecnológica. “Nuestro objetivo es actuar como socios estratégicos, facilitando procesos de adopción tecnológica que tengan impacto real en productividad y sostenibilidad”, señaló.
La sostenibilidad será otro pilar de su gestión, con énfasis en optimización de recursos, reducción de emisiones y eficiencia energética a través de soluciones como monitoreo inteligente, control de procesos y mantenimiento predictivo, herramientas que posicionan a la automatización como motor de la transición hacia modelos productivos responsables.
Finalmente, la ejecutiva recalcó que la transformación no es únicamente tecnológica, sino también cultural: “La tecnología es un habilitador, pero su verdadero valor surge cuando se combina con capacidades humanas diversas y con una visión de largo plazo”.