La industria avanza hacia un enfoque proactivo con sensores, IA y una renovada cultura preventiva que involucra a todos los actores del sector, desde grandes faenas hasta la pequeña minería.
Los recientes avances tecnológicos en el sector minero han revolucionado la forma en que se aborda la seguridad en las operaciones. La implementación de sistemas de monitoreo en tiempo real, que incluyen sensores y tecnologías avanzadas como LiDAR y radares, ha permitido a las empresas anticipar y gestionar riesgos potenciales antes de que se conviertan en problemas graves. Andrés León, director nacional (s) de Sernageomin, subraya que esta innovación no solo mejora la capacidad de respuesta, sino que también promueve una cultura de prevención, donde cada trabajador tiene un rol activo en la seguridad de su entorno laboral. Esta evolución tecnológica es un reflejo del compromiso del ecosistema minero de trabajar de manera conjunta hacia un futuro más seguro y sustentable.
La seguridad en la minería ha dejado de ser vista como una responsabilidad exclusiva de los supervisores para convertirse en una tarea integral que involucra a todos los trabajadores. Representantes de diversas gremiales señalan que este enfoque transversal es clave para el éxito de las iniciativas de seguridad, fomentando así un sentido de responsabilidad compartida. León observa que esta transformación es el resultado de años de aprendizaje y adaptación a nuevas realidades dentro del sector, destacando la importancia del trabajo conjunto entre el Estado, la industria y los trabajadores para fortalecer la seguridad minera y promover prácticas más efectivas.
Desde un enfoque normativo, se ha avanzado en la actualización del Reglamento de Seguridad Minera, particularmente con la reciente modificación del Título XV que introduce reglas específicas para la pequeña minería. Este enfoque reconoce las particularidades de este segmento y busca apoyar su formalización sin comprometer la seguridad. Jorge Riesco, presidente de Sonami, resalta la importancia de la nueva Política Nacional de Seguridad y Salud en Minas, que establece a Chile como pionero en la creación de un marco regulatorio específico para el ámbito minero, con el ambicioso objetivo de alcanzar la ‘fatalidad cero’. Este hito institucional marca un avance significativo hacia la mejora continua en la seguridad del sector.
El uso de tecnologías como IoT, analítica predictiva e inteligencia artificial está transformando la manera en que las empresas abordan la detección de riesgos en la minería. Daniel Morales de Aprimin destaca cómo estas innovaciones están integrando sistemas críticos de operación, permitiendo a los equipos monitorear condiciones como la fatiga del personal y la inestabilidad geotécnica en tiempo real. Estas herramientas no solo mejoran la seguridad, sino que también buscan ofrecer una integración operativa más eficiente entre los diferentes sistemas utilizados en las faenas mineras, lo que es crucial para mantener un ambiente de trabajo seguro y efectivo.
No obstante, Riesco enfatiza que el verdadero avance en la industria minera radica en la construcción de una cultura de prevención que trasciende el uso de la tecnología. Esta cultura implica la aplicación de sistemas de gestión integrados que evalúan continuamente los riesgos y promueven la formación constante del personal. El paso de un enfoque reactivo, basado en el análisis de accidentes ya ocurridos, a uno proactivo y predictivo, es esencial para anticipar y mitigar riesgos. De esta manera, las empresas no solo cumplen con los estándares de seguridad, sino que también fomentan un compromiso ético innegociable que se convierte en un pilar fundamental en cada proyecto minero.