Un nuevo análisis técnico estima que el reemplazo del cobre por grafeno, aluminio compuesto y otros materiales no superará entre 2% y 5% de la demanda mundial.
El reporte Perspectiva – Sustitutos del Cobre en la Era de la Transición Energética (GEM Mining Consulting, noviembre 2025) concluye que el impacto de los sustitutos del cobre será acotado en la próxima década. Según el documento, la demanda mundial de cobre refinado podría alcanzar entre 31 y 35 millones de toneladas al 2035, mientras que la oferta proyectada no superaría las 26 millones de toneladas. Esta diferencia generaría una brecha de entre 5,6 y 8,9 millones de toneladas, lo que refuerza la necesidad de nuevos proyectos para cubrir el crecimiento asociado a electrificación, redes de transmisión y electromovilidad.
GEM revisa los principales procesos históricos de sustitución del cobre —como el uso de aluminio en líneas aéreas, la fibra óptica en telecomunicaciones y materiales alternativos en tuberías y equipos térmicos— y señala que la mayoría de estos desplazamientos ya ocurrió en sectores donde el metal no era esencial para el desempeño. Actualmente, el cobre mantiene su posición en aplicaciones donde la combinación de conductividad, estabilidad y disponibilidad lo hace difícil de reemplazar.
El análisis dedicado al grafeno detalla que sus aplicaciones actuales se concentran en disipación térmica, antenas impresas y recubrimientos para microelectrónica, con un nivel de adopción limitado por costos y escalabilidad. De acuerdo con GEM, el impacto posible del grafeno en la demanda total de cobre no superaría el 0,5% hacia 2035.
Respecto de otros materiales como aluminio conductor, cables compuestos ACCC/ACSR, alambres bimetálicos Cu–Al, superconductores de alta temperatura y nanotubos de carbono, el informe indica que su uso industrial se mantiene acotado a segmentos específicos. GEM estima que, en conjunto, el efecto de todos los sustitutos —incluido el grafeno— representaría entre 2% y 5% de la demanda mundial de cobre refinado hacia 2035.
El documento concluye que la sustitución de cobre seguirá siendo limitada en comparación con el aumento estructural de su consumo, impulsado por la expansión de tecnologías eléctricas y energías renovables. La principal presión del mercado provendría de la dificultad para ampliar la oferta en plazos consistentes con la demanda proyectada.
