La novena Encuesta de Innovación en Empresas Proveedoras de la Minería muestra un ecosistema dinámico, pero con brechas en financiamiento, gestión, tecnología e internacionalización. Con 806 empresas participantes, el estudio identifica los principales desafíos y oportunidades para el sector.
La última versión de la Encuesta de Innovación en Empresas Proveedoras de la Minería, desarrollada por Cochilco, confirma el rol decisivo que tiene hoy el ecosistema proveedor para la competitividad de la minería chilena. Con 806 empresas participantes —la cifra más alta desde que existe este levantamiento— el estudio permite caracterizar con mayor precisión el estado de la innovación, así como las principales barreras que aún frenan su consolidación.
Los resultados muestran que, aunque la mayoría de las empresas declara haber implementado innovaciones en los últimos dos años, estas iniciativas se desarrollan en su mayoría sin una estructura formal. La ausencia de unidades dedicadas a innovación, la falta de procesos sistemáticos, de estrategias internas y de presupuestos específicos evidencia que esta actividad sigue siendo dispersa y, muchas veces, reactiva. A ello se suma que el 77% de las empresas no ha accedido a instrumentos públicos de apoyo, lo que obliga a financiar los proyectos principalmente con recursos propios, reduciendo escala, continuidad e impacto.
El informe también expone una alta concentración de la oferta en servicios operacionales y en la importación de equipos, con limitada presencia de software, hardware minero especializado o tecnologías avanzadas. Este escenario dificulta la diversificación hacia eslabones más complejos de la cadena de valor, como fundición, hidrometalurgia, relaves o nuevos usos del cobre, áreas donde existe un alto potencial para el desarrollo de soluciones nacionales.
La internacionalización es otro de los puntos críticos. Solo un tercio de las empresas ha exportado en los últimos tres años, y los principales obstáculos reportados son el desconocimiento de los mercados externos, seguido por dificultades de financiamiento y logística. Aunque Perú y países sudamericanos concentran la mayor parte de los envíos, el sector está lejos de consolidar una presencia sostenida en mercados estratégicos como Asia y Oceanía, donde se concentran los mayores centros de procesamiento y demanda tecnológica.
Las barreras externas continúan siendo relevantes: la naturaleza conservadora de las compañías mineras, las restricciones de acceso a faenas y los largos ciclos de validación tecnológica ralentizan tanto el pilotaje como la adopción de nuevas soluciones. Sumadas a las brechas internas identificadas, estas condiciones configuran un escenario donde avanzar hacia una mayor sofisticación tecnológica requiere una articulación más robusta entre empresas proveedoras, universidades, entidades públicas y compañías mineras.
A pesar de estas limitaciones, la encuesta destaca un escenario de oportunidades. El crecimiento de soluciones digitales, la alta autopercepción tecnológica del sector, la mayor madurez observada en empresas exportadoras o con base tecnológica, y la existencia de instancias como la Mesa Nacional de Desarrollo de Proveedores permiten proyectar un camino para impulsar una minería chilena más intensiva en conocimiento, con impacto global y mayor competitividad.
