La investigación, liderada por SERC Chile y la Universidad de Antofagasta, propone reutilizar residuos industriales para extraer minerales críticos de costras de ferromanganeso, reduciendo la huella ambiental y posicionando a Chile como referente en minería circular.
En un escenario de creciente demanda mundial por minerales críticos, un equipo de investigadores chilenos presentó un método innovador para recuperar cobalto (Co) y manganeso (Mn) desde costras de ferromanganeso presentes en el fondo marino, utilizando escorias de acero de la industria siderúrgica nacional como agente reductor. La técnica permite alcanzar recuperaciones de hasta un 80% de Co y un 40% de Mn, disminuyendo la necesidad de nuevas faenas extractivas y reutilizando un residuo abundante en el país.
El doctor Felipe M. Gallegillos Madrid, investigador de SERC Chile y la Universidad de Antofagasta, destacó que las escorias de acero y cobre contienen óxidos de hierro, sílice y trazas metálicas con propiedades reductoras y electrocatalíticas, lo que las convierte en un insumo estratégico frente a agentes convencionales más costosos. “Esto promueve la economía circular, transforma un pasivo ambiental en un recurso valioso y reduce la dependencia de materiales críticos como tierras raras o metales nobles”, explicó.
La propuesta, que se apoya en metodologías de optimización como Superficie de Respuesta (RSM) y Diseño de Experimentos (DOE), permite ajustar parámetros como tiempo de lixiviación, pH, temperatura y proporción costra/Fe para maximizar la eficiencia del proceso y minimizar el uso de reactivos químicos.
Uno de los principales aportes de la iniciativa es el potencial impacto ambiental positivo. Según Gallegillos, “se evita la apertura de nuevas minas terrestres y se reutilizan millones de toneladas de escorias acumuladas cada año en Chile —4,5 millones de toneladas solo de cobre—, mitigando pasivos ambientales históricos como los escoriales abandonados en el Desierto de Atacama”.
Gracias a su extenso borde costero de 6.435 kilómetros, acceso directo al mar y abundante energía solar, Chile podría consolidarse como líder mundial en la economía circular aplicada a la transición energética. La combinación de residuos industriales y recursos oceánicos, subrayan los investigadores, abre una línea de negocio inédita en minería submarina sostenible, con aplicaciones que van desde la producción de hidrógeno solar hasta el almacenamiento de energía.
“Cobalto y manganeso están entre las materias primas críticas de la transición energética. La presión sobre yacimientos terrestres y las tensiones geopolíticas nos obligan a diversificar las fuentes. Las costras de ferromanganeso del fondo marino aparecen como alternativa estratégica de cara a un futuro 100% electrificado”, concluyó Gallegillos.