[Opinión] El salto hacia la mina cognitiva

Por Vanessa Ramos, Líder de Xellera Digital, aceleradora digital de Aurys Consulting

En la última década, la minería de la región ha vivido un salto cualitativo. Hoy hablamos de operaciones conectadas: flotas autónomas, perforación remota y mantenimiento predictivo gestionados desde Centros de Control Remotos (CROI). Esto no es ciencia ficción, es la realidad que ya ha elevado los estándares de seguridad y eficiencia en faenas de cobre y hierro.

Pero la industria a nivel global se está moviendo a mayor velocidad. El horizonte ya no es solo automatizar, sino avanzar hacia la mina cognitiva: un modelo que integra inteligencia artificial prescriptiva y generativa, orquesta la cadena completa mine-to-market, incorpora la sostenibilidad como principio de diseño (ESG-by-Design) y redefine el rol de las personas como operadores aumentados, asistidos por analítica avanzada y realidad aumentada.

También te puede interesar:   Precio del cobre: ¿Qué esperar para 2025?

En Xellera Digital hemos visto que el gran desafío no está en instalar la tecnología, sino en rediseñar el modelo operativo. La adopción de tecnología en la minería ha madurado: ya no se trata de implementar herramientas para optimizar tareas aisladas, sino de adoptar catalizadores que permitan rediseñar procesos completos de principio a fin. El éxito de una innovación ya no se mide por su capacidad para hacer una cosa más rápido, sino por su potencial para transformar toda una cadena de valor. Esto significa derribar silos, construir equipos multidisciplinarios y preparar líderes que entiendan cómo colaborar con la IA y usar los datos como motor de decisión.

También te puede interesar:   Seminario expuso proyectos y experiencias de sustentabilidad en minería mediante fitoestabilización

Dado que la introducción de esta tecnología requiere un rediseño completo del modelo operativo, los beneficios se manifiestan a nivel organizacional y estratégico en toda la compañía. Cuando se trabaja con procesos estandarizados y gobernanza de datos, se puede reducir la variabilidad de la producción a menos de un 3%, liberar hasta un 10% de capacidad productiva y llevar los activos a operar cerca del 95% de su potencial. Pero lo más valioso sigue siendo la seguridad: las faenas con flotas autónomas han logrado eliminar la exposición directa a los principales riesgos, y la analítica avanzada ya permite anticipar incidentes humano-máquina con una precisión inédita.

En nuestra experiencia, el éxito no se define solo por algoritmos sofisticados. Lo que marca la diferencia es la capacidad de integrar la tecnología con la cultura organizacional: cómo se forman las competencias, cómo se incentiva la innovación y cómo se construyen rutinas que hagan de la digitalización una herramienta de propósito, no de moda.

También te puede interesar:   Líderes mineros abordan la sostenibilidad y los desafíos regulatorios en la Conferencia Mundial del Cobre

Las empresas que lideren esta profunda transformación, invirtiendo con audacia no solo en tecnología sino en la evolución de su gente, sus procesos y su cultura, no solo asegurarán su propia rentabilidad. Estarán consolidando su liderazgo en la industria global para las próximas décadas.