El carbonato de litio alcanzó los US$10.500 por tonelada a comienzos de diciembre, con un alza mensual de 13%, en un contexto marcado por restricciones en la oferta minera y el crecimiento acelerado de los sistemas de almacenamiento de energía.
El precio del carbonato de litio registró un repunte significativo durante noviembre de 2025, alcanzando a comienzos de diciembre un valor de US$10.500 por tonelada CIF Asia, lo que representa un aumento de 13% respecto del cierre de octubre. La evolución reciente del mercado refleja un escenario de mayor incertidumbre en la oferta y mejores perspectivas de demanda, particularmente asociadas al desarrollo de sistemas de almacenamiento de energía con baterías de litio.
Uno de los principales factores que explica la presión alcista en los precios es la incertidumbre en torno a la reapertura de operaciones mineras en China, cuya autorización regulatoria aún no se ha concretado. Esta situación ha reducido la disponibilidad de suministro en el corto plazo, tensionando el mercado, pese a que el balance global aún proyecta un escenario de superávit para 2025 y 2026.
En paralelo, las perspectivas de demanda han mostrado una mejora relevante, impulsadas por el crecimiento de los sistemas de almacenamiento de energía asociados a las energías renovables. El consumo de litio para este segmento aumentaría de manera significativa hacia fines de la década, consolidándose como el segundo mayor motor de demanda después de las baterías para vehículos eléctricos. Este crecimiento responde a la necesidad de respaldar sistemas eléctricos más flexibles y descarbonizados.
Los mercados de futuros también han internalizado este mayor optimismo. Los contratos de carbonato de litio con vencimientos en 2026 han mostrado una tendencia al alza durante noviembre, reflejando expectativas más favorables sobre el desempeño del mercado en los próximos trimestres y una percepción de mayor equilibrio entre oferta y demanda.
A nivel global, el mercado del litio continúa marcado por movimientos estratégicos relevantes, incluyendo transacciones de activos, avances en tecnologías de extracción directa y aumentos de producción en nuevas jurisdicciones, aunque con riesgos asociados a factores políticos, regulatorios y logísticos. Estos elementos han reforzado la percepción de un mercado más sensible a eventuales disrupciones en la oferta.
Las proyecciones de precios hacia el cierre de 2025 y los años siguientes muestran una recuperación moderada, aunque sujeta a la evolución de proyectos actualmente detenidos y a la velocidad con que se materialice la demanda asociada a la transición energética.
En síntesis, el comportamiento reciente del precio del litio refleja un mercado que comienza a ajustarse ante señales de una demanda estructural más sólida, aunque todavía condicionado por la evolución de la oferta minera y la resolución de incertidumbres regulatorias.
