La productora de litio levantó más de US$430 millones en el mercado local mediante instrumentos híbridos, que permiten financiar expansión sin deteriorar la clasificación crediticia, en línea con una tendencia que ya habían seguido Arauco y CMPC.
SQM se convirtió en la tercera gran compañía chilena en emitir bonos híbridos durante los últimos cuatro meses, consolidando el atractivo de este instrumento para empresas con planes de inversión de largo alcance. La firma colocó 10 millones de Unidades de Fomento —equivalentes a unos US$432 millones— con una tasa de 3,84%, uniéndose a las recientes emisiones de Celulosa Arauco y Constitución e Inversiones CMPC.
Los bonos híbridos han ganado popularidad global desde 2024 debido a su capacidad de combinar financiamiento competitivo con protección para las métricas crediticias. Al ser considerados en parte como capital por las clasificadoras de riesgo, permiten a las empresas aumentar su nivel de inversión sin elevar en exceso su carga de deuda. A cambio, los inversionistas reciben un rendimiento superior al de los bonos tradicionales, impulsado por la estructura subordinada y cláusulas de step-up si el emisor no ejerce la opción de rescate.
“Es un intercambio atractivo: pagan más que la deuda tradicional, pero mejoran las métricas de clasificación y reducen el riesgo de una baja de rating”, explicó Francisco Mohr, jefe de renta fija de BTG Pactual en Chile. En el caso de SQM, clasificada BBB+ por S&P, la emisión se enmarca en un plan de inversión de US$2.700 millones a tres años, mientras que empresas como Arauco y CMPC también impulsan proyectos de gran escala.
La tendencia en Chile es liderada por compañías de sectores intensivos en capital como celulosa, energía y ahora minería. CMPC fue la primera en abrir el mercado con una emisión de 10 millones de UF a una tasa de 4,19%, mientras que Arauco colocó 20 millones de UF —la mayor emisión corporativa en la historia del país— con un interés de 3,97%, evidenciando fuerte demanda. Las notas de SQM también se ajustaron desde su expectativa inicial de 4,4% a la tasa final de 3,84%.
Para inversionistas, los bonos híbridos ofrecen spreads mayores, entre 80 y 100 puntos base sobre instrumentos comparables, además de la solidez de emisores con perfiles financieros robustos. “Las empresas que han emitido son lo suficientemente grandes y sólidas para colocarlos con éxito”, señaló Diego Pino, jefe de trading de Scotia Corredores de Bolsa.
El fenómeno coincide con el avance del financiamiento híbrido en América Latina. En años recientes, bancos y corporativos —incluidos AES Andes, BancoEstado, Cemex y la CAF— han recurrido a estos instrumentos en mercados locales e internacionales para respaldar expansiones significativas.
Con planes de inversión superiores a los US$3.000 millones en algunos casos, tanto Arauco como CMPC podrían volver al mercado, al igual que otros emisores con clasificación investment grade. Según Mohr, es esperable que compañías con grandes proyectos estudien estructuras similares, siempre que se mantenga el apetito por instrumentos en UF y las agencias continúen otorgando crédito patrimonial a este tipo de deuda.
