Trinidad Carmona, de Drillco: “Un operador que desconozca las complejidades de la actividad minera, preferirá mantener el statu quo”

Trinidad Carmona

Trinidad Carmona es ejemplo de la nueva generación que está empezando a liderar y transformar a la industria minera en Chile, abriéndola no solo a una mayor presencia femenina en puestos de poder, sino que aportando, además, una mirada más amplia y diversa.

Como Sales & Marketing Director de Drillco, sus decisiones son clave para una empresa  proveedora nacional con 50 años de historia, y que ha sido exitosa en salir a conquistar otros mercados mineros. También es emprendedora -rol que fomenta desde Endeavor Chile– y mujer comprometida con el empoderamiento de sus pares, como socia en Women In Mining y de Minnovex AG.

Por todo esto, Trinidad conoce el talento innovador que se ha ido gestando en torno a la industria minera, pero también de su fragilidad. “Este ecosistema tiene el potencial de transformarse en una nueva industria en sí, incluso más grande que la minería, como ya ha ocurrido en otros países. Pero este salto requiere de un elevado nivel de inversión, y lo que es más desafiante aún, que la industria asuma riesgos en pos de promover estas tecnologías”, advierte.

– ¿Qué importancia ha tenido que en Chile exista una minería de clase mundial, con un gigante como Codelco, pero también grandes actores privados e internacionales?

La industria minera chilena es fuertemente reconocida a nivel mundial, sobre todo cuando se habla del cobre o de gran minería. Contamos con la mina subterránea más grande del mundo: El Teniente, con más de 3.000 kms de túneles; y 3 de las 5 mayores faenas cupríferas a rajo abierto. Esto claramente nos da un expertise en cuanto a cómo operar minería a gran escala, y nos posiciona como expertos, desde un punto de vista internacional.

Pero también contamos con mediana y pequeña minería formales, que son actores relevantes de la industria. Creo que esta mezcla de privados y públicos, junto con la gran, mediana y pequeña minería, ha permitido mantener una alta competitividad a través de los ciclos mineros, tanto internamente, como de cara al mercado internacional.

Asimismo, ha habido un equilibrio entre una alta tasa de recaudación fiscal, y niveles de inversión adecuados a las necesidades de este rubro, que es sumamente intensivo en capital. Esto, sumado a las reservas y las leyes de minerales existentes en nuestro territorio, nos ha permitido posicionarnos como el mayor proveedor de cobre del mundo.

– Drillco es una empresa chilena que ha sido exitosa en su internacionalización ¿Cuál ha sido la “receta” para lograrlo?

Creo que lo primordial es contar con una oferta de valor diferenciadora, no solamente para el mercado chileno, sino que a nivel internacional. Si tienes un producto o servicio innovador, y eres capaz de demostrar cómo impacta a los KPI’s clave de la industria, tienes cubiertas las bases de un proyecto de internacionalización.

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Luego viene la etapa de estudio de mercado, entender a fondo ese destino: quiénes son los actores relevantes y tomadores de decisiones, las barreras legislativas y tributarias, la competencia, los líderes de opinión y asociaciones relevantes.

La tercera etapa, no menos importante, es armarse de un equipo de alto desempeño, que sea capaz de “aterrizar” la oferta de valor de tu empresa, y llevarla de forma efectiva a los clientes de ese mercado. Para esto, es necesario contar con un soporte técnico y comercial local -ya sea directo o a través de socios-, puesto que es muy importante ser impecable en el  delivery de la oferta de valor; sobre todo de los primeros clientes, quienes harán de voceros o sponsors en el país de destino.

Nuestra filosofía de internacionalización es atacar los mercados de a uno, con un fuerte foco y dedicación. Sólo cuando ya se ha alcanzado un nivel de desarrollo y penetración interesante, pasamos al siguiente proyecto.

Industria en ascuas

– ¿Cómo evalúan en Drillco el debate que se está dando en la Convención sobre el futuro de la minería, y las propuestas para nacionalizar esta industria?

A pesar de que el debate de la Convención, respecto de nacionalizar la minería, tiene a toda la industria en ascuas, en Drillco no estamos viendo solo el panorama en Chile; también lo que pasa a nivel internacional. Perú enfrenta este tema desde que asumió el Presidente Castillo, junto con la paralización de varias de sus operaciones emblemáticas, como es el caso de Las Bambas.

Chile y Perú, combinados, producen cerca del 50% del cobre a nivel mundial, estando la otra mitad desperdigada en múltiples actores, la mayoría de ellos con  elevados riesgo país y de industria, como son los casos de la República Democrática del Congo (RDC), Zambia, Kazajistán y, ahora, Rusia, lo cual se traduce en un suministro bastante inestable.

Dado lo anterior, y sumado a la fuerte demanda que enfrentará el cobre en los próximos años, la posibilidad de aumentar fuertemente la recaudación fiscal en Chile es muy real; con todos los beneficios que ello conlleva, de cara a financiar el gasto público.

Por lo tanto, hay que preguntarse: ¿Es la nacionalización la mejor forma de aumentar la recaudación fiscal? Las sectores políticos que abogan por esta solución, han omitido los factores técnicos y económicos en sus propuestas; desconociendo, por ejemplo, los fuertes y constantes montos de inversión que requiere la industria minera, los cuales al no ser invertidos por los privados (en caso de concretarse una nacionalización), deberán ser financiados por el Estado; así como el know-how de operación que se requiere. Adicionalmente, se desconocen las indemnizaciones que se deberían pagar a las compañías mineras, y el proceso de litigio que involucran.

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– Entonces ¿No consideras que sea una alternativa adecuada?

La ecuación de recaudación fiscal es bastante directa: a menor utilidad, menor recaudación, independiente de quién sea el propietario u operador. Es cierto que hay espacio para mejoras en lo que respecta al aporte fiscal de la industria minera, entre ellas, la nueva propuesta de royalty. Pero creo que una nacionalización completa de la industria iría en desmedro, y no en favor, de todos los chilenos y chilenas.

Debemos recordar, además, que por la magnitud de la industria minera en Chile, una posible nacionalización tendría un impacto tal, que repercutirá en otros sectores, principalmente en el mercado de valores; dañaría el atractivo para inversionistas nacionales y extranjeros, en temas tan relevantes como son hoy el hidrógeno verde y la electromovilidad; afectaría el mercado previsional, y podría incluso dañar la posición crediticia de Chile.

El país necesita, más que nunca, un alto nivel de recaudación fiscal que permita llevar a la práctica la agenda social. Y hoy tenemos un escenario mundial óptimo para el cobre, con precios sostenidos al alza y un menor suministro desde países como Perú y Rusia. Lo anterior pone a Chile en una posición de amplia ventaja, que bien podría transformarse en una recaudación fiscal récord.

– Eres emprendedora, colaboras con Endeavor Chile. Desde ese mirada ¿consideras que dejar todo el manejo de las compañías mineras en un solo actor, es una solución adecuada para estos tiempos?

Durante los últimos años se ha ido gestando un pool de proveedores mineros de alto valor: proveedores de tecnología, soluciones medioambientales, capacitación y talento, eficiencia operacional, entre otros. Muchos de ellos han logrado resultados incluso superiores a los de las mismas mineras, por ser ellos especialistas en sus temáticas. Otros hemos logrado salir de Chile, exportando el conocimiento generado, mediante la paquetización de tecnología.

Estos actores están cambiando la forma en que hacemos minería, y creando -o mejor dicho haciendo crecer- un nuevo rubro: el de los proveedores mineros de alto valor agregado. La importancia de esto es tripartita: aportan nuevas tecnologías a la industria minera, que le permiten mejorar su eficiencia y seguridad; generan empleo de alto nivel y atraen talento a la industria; y mejoran la balanza de pagos del país, con exportaciones que son resilientes a los ciclos de los minerales. Este ecosistema tiene el potencial de transformarse en una nueva industria en sí, incluso más grande que la minería, como ya ha ocurrido en otros países (como Australia).

Pero este salto requiere de un elevado nivel de inversión, y lo que es más desafiante aún, que la industria asuma riesgos en pos de promover estas tecnologías. Temo que un operador que desconozca las complejidades de la actividad minera, preferirá mantener el statu quo, evitar riesgos y asegurar el suministro, por sobre potenciar el desarrollo tecnológico del sector.

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Los desafíos que enfrentaremos van a requerir del mejor talento

– También estás comprometida con el empoderamiento femenino en la minería ¿Cómo ves el escenario actual?

Se habla mucho de temáticas de paridad de género y diversidad, sin embargo, la industria minera continua siendo profundamente desigual. Hay temas estructurales, como la distancia a las faenas o el sistema de turnos; otros culturales, como son la discriminación y el acoso sexual; también de índole empresarial, con diferencias salariales y ausencia de mujeres en los directorios de las empresas, por mencionar algunos ejemplos.

Considero que hoy existe una base sólida de mujeres en la minería, que cuentan con todas las capacidades profesionales, técnicas y personales para desempeñarse en cargos clave; igual o mejor que sus pares masculinos. Adicionalmente, está demostrado que las mujeres cuentan con índices de accidentabilidad, así como de consumo de alcohol y drogas, menores que los hombres.

El proceso de cambio es lento. Pasamos de tener un 6% de participación femenina en la industria en 2010, a un 12% en 2020: se duplicó, pero continúa siendo tremendamente bajo. Esta gestión del cambio es un proceso integral entre los diferentes actores: gobierno, mineras públicas y privadas, centros de estudio y proveedores; pero son las compañías mineras las que tienen el rol fundamental. De ellas depende sentar los cimientos para que cualquier iniciativa en pos de mejorar la equidad e igualdad, tenga frutos. Y en mi opinión, están bastante al debe en este tema.

Los desafíos que enfrentaremos van a requerir del mejor talento al servicio de la industria; por esto, luchar por una mayor igualdad de género no es sólo una consigna, sino que va en beneficio de todas y todos.

– Como representante de una nueva generación ¿Qué futuro te gustaría para la minería en Chile y para su relación con el resto de la sociedad?

Creo que una de las grandes temáticas en la agenda minera para los próximos años, estará relacionada con el medioambiente. En este sentido, la industria -en particular la minería chilena del cobre- tiene un rol protagónico.

Es una realidad que el mundo depende de los minerales para su funcionamiento; la electromovilidad, puntualmente, del cobre. Minería y medioambiente deberían ser complementarios. Actualmente ya existen las tecnologías habilitantes para poder procesar minerales sin la necesidad de usar agua, y también la capacidad de generar cobre libre de huella de carbono. Mineras escandinavas ya producen el 25% de este mineral, sin generar este impacto.

En este sentido, dado que Chile es el principal proveedor a nivel mundial, tenemos la tremenda oportunidad -y responsabilidad- de ser los pioneros en la producción de cobre verde.