El nuevo catastro de Cochilco muestra un aumento histórico de la inversión minera en Chile, impulsado por grandes proyectos de cobre y litio que refuerzan la continuidad operativa, la expansión productiva y el rol estratégico del país en la transición energética.
La cartera de proyectos de inversión minera proyectada para el período 2025–2034 alcanzó un total de US$104.549 millones, convirtiéndose en el mayor monto registrado en los últimos 11 años. Así lo informó la Comisión Chilena del Cobre al presentar su nuevo catastro, el cual representa un crecimiento de 25,7% respecto del informe anterior, equivalente a US$21.369 millones adicionales. La presentación fue encabezada por la ministra de Minería, Aurora Williams, junto a la vicepresidenta ejecutiva (s) de Cochilco, Claudia Rodríguez.
Desde el Ministerio de Minería destacaron que esta cifra refleja una recuperación sostenida del dinamismo del sector. La ministra Williams señaló que el incremento histórico de la inversión proyectada da cuenta de la confianza de las compañías en Chile y en la capacidad de la industria para avanzar hacia una minería más moderna, sostenible y competitiva. En ese contexto, subrayó que los nuevos desarrollos de cobre y litio se consolidan como motores del crecimiento futuro, reafirmando el rol del país como proveedor clave de minerales estratégicos para la transición energética global.
Desde Cochilco, Claudia Rodríguez explicó que este es el segundo año consecutivo en que la cartera muestra una expansión relevante, lo que sugiere una recuperación gradual del ciclo de inversión minera. Según indicó, este crecimiento está impulsado principalmente por el ingreso de nuevos proyectos del sector privado y por la reactivación de iniciativas que en años anteriores se encontraban en etapas tempranas de evaluación, reformulación o revisión técnica y financiera.
Entre los proyectos de mayor envergadura destacan la Nueva Concentradora en Rosario, correspondiente a la cuarta línea de Collahuasi, y la Nueva Concentradora Los Colorados en Minera Escondida. Ambos se encuentran actualmente en fase de prefactibilidad y aún no cuentan con Resolución de Calificación Ambiental, pero han sido definidos por sus respectivas compañías como piezas clave para asegurar la continuidad operacional y sostener sus estrategias de crecimiento de largo plazo.
La cartera también incorpora iniciativas relevantes en litio, entre las que sobresale el proyecto Salares Altoandinos, desarrollado por ENAMI en asociación con Rio Tinto, con una inversión estimada de US$3.200 millones. Este proyecto constituye un hito para la implementación del nuevo modelo de asociación público-privada definido en la Estrategia Nacional del Litio y refuerza la presencia de este mineral como eje estratégico del portafolio minero nacional.
El cobre concentra el grueso de la inversión proyectada, representando el 89,8% del total de la cartera, el nivel más alto desde el período 2016–2025. Este comportamiento responde tanto a proyectos de reposición y optimización como a expansiones de gran escala, favorecidas por un escenario de precios sólidos que ha impulsado la materialización de nuevos desarrollos y la reactivación de proyectos postergados. En paralelo, la inversión estimada en litio para 2025 alcanza los US$4.700 millones, más del doble de lo considerado en 2021, consolidando a este mineral como un componente estable dentro del portafolio de la próxima década.
En términos de tipología, el 81% de la cartera corresponde a proyectos brownfield, asociados a reposición y expansión de operaciones existentes, mientras que los proyectos greenfield representan el 19%. En cuanto al grado de avance, un 41% de las iniciativas se encuentra en ejecución, incluyendo ingeniería de detalle, construcción o puesta en marcha. El resto se distribuye entre prefactibilidad, factibilidad y estudios conceptuales, lo que evidencia un pipeline robusto pero aún desafiante en términos de permisos, definiciones técnicas y decisiones de inversión.
Desde el punto de vista territorial, la Región de Antofagasta lidera ampliamente la inversión con US$40.209 millones, impulsada por proyectos de gran escala orientados a expansión y continuidad operacional. Le sigue la Región de Atacama, con US$10.305 millones en inversiones asociadas principalmente al cobre, a lo que se suman cerca de US$4.700 millones vinculados a minerales estratégicos como el litio, además de nuevas iniciativas en hierro y oro.
En su conjunto, la nueva cartera de proyectos confirma que la minería chilena enfrenta la próxima década con un nivel de inversión históricamente alto, marcado por grandes desarrollos, una fuerte concentración en cobre y litio, y un desafío clave en materia de permisos, ejecución y sostenibilidad para materializar este potencial en crecimiento económico y desarrollo territorial.
