Jenny Rojas, emprendedora y promotora de la equidad: “Lo que no se conoce no se puede mejorar, dar visibilidad ha sido fundamental”

A lo largo de su carrera, Jenny Rojas ha estado comprometida con la incorporación femenina al mundo laboral, especialmente en su región: Antofagasta. Es una convencida de que la minería ofrece múltiples espacios donde las mujeres pueden desempeñarse, beneficiándose no solo ellas y sus familias, sino que además, aportando a la transformación social que se necesita.

También es una gran defensora de la industria minera, a la cual considera el motor fundamental de la economía de nuestro país. “Hay cosas más urgentes que atender, que destruir una fuente económica; debemos potenciar la minería, desafiarla al desarrollo, abrirla a mejoras, particularmente en lo medioambiental”, afirma, al referirse a los cuestionamientos y posibles cambios en la reglas, que  hoy enfrenta esta actividad.

Jenny Rojas junto con ser fundadora y gerente general de More Value Company, es presidenta del Núcleo Antofagasta de la Cámara Minera de Chile, miembro del Consejo de Asesores del Programa Mujeres Líderes de las Américas y líder Chile del eHub for Women in Sustainability Excellence and Leadership. Entre toda esa exigente agenda, se dio un tiempo para Minería y Futuro.

– ¿Qué te llevó a comprometerte con el tema de la incorporación de la mujer en lo laboral y en la minería en particular?

Dos cosas. La primera, que tiene que ver con un dato no menor: el gran porcentaje de mujeres que sacan adelante a sus familias solas; muchas veces sus hijos o hijas sufren situaciones que se podrían evitar si esas mujeres tuviesen mejores oportunidades. Ese es el punto de partida; lo segundo, incorporar a mujeres al mercado laboral hará que se desarrollen y crean en sí mismas, sean modelo para otras personas y, sobre todo, permitirá generar este cambio cultural que se demanda.

¿Por qué en minería? Porque es un rubro que tiene múltiples escenarios. Para trabajar en minería no necesariamente debes tener una carrera específica; la diversidad de cargos, roles y creación de valor, mediante enfoque intercultural, permiten una apertura rica en experiencias y que genera oportunidades impresionantes. Las mujeres somos un aporte genuino.

Siempre estaré disponible para trabajar y concientizar en que el complemento que la industria minera requiere, no es más de lo mismo; no es sólo la innovación tecnológica, sino que es también de apertura de horizontes, ante las posibles soluciones que requiere esta desafiante actividad.

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– ¿Qué respuesta has visto de parte de la industria?

He visto de todo, organizaciones que se decían pro mujeres, implementando políticas o normativas públicamente en favor de la equidad, que en periodo de más o menos un año despidieron a todas las profesionales que lideraban esas iniciativas. Eso nunca lo entendí.

También he visto bastante mito; muchas compañías aún creen que trabajar en materias de incorporación femenina es caro o complejo de implementar.

Por otro lado, existen organizaciones realmente comprometidas, con planes serios de equidad de oportunidades, que van más allá del género; tiene que ver con creación de futuro. En empresas colaboradoras de la minería muchas veces se ve mayor energía y empuje para lograr el cambio cultural que la industria necesita con urgencia. Por ejemplo, Metso Outotec, cuyo compromiso va más allá de la normativa, que sabemos es un “desde”; o empresas como H-E Parts, donde su gerente general desafió a la organización al cambio, involucrándolos y haciéndolos parte desde el “hacer y crear” un espacio distinto, y en un plazo bastante acotado.

Dentro de las mineras, admiro el liderazgo del grupo Antofagasta Minerals, que es un claro sello de Iván Arriagada (su presidente ejecutivo), creando una cultura que supera el “deber ser”; tiene que ver con una visión de futuro sostenible en el tiempo, con ambientes de trabajo que invitan a crecer.

MIRADA ANTOFAGASTINA

– ¿Dirías que por ser Antofagasta una región donde la minería está más presente, hay un elemento diferenciador en el atractivo que las mujeres locales ven en la minería, y la disposición de la industria a recibirlas?

Es triste muchas veces darnos cuenta que no. Recién ahora veo mayor conexión, por ejemplo, entre la academia y la industria. Si no preparamos a las personas para trabajar en minería, por más que las compañías mineras abran espacio para el talento local, será difícil cumplir con esa demanda.

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Y en cuanto a mujeres se trata, tengo bastante esperanza en programas como Heuma, que une a las dos grandes universidades de nuestra región con la industria, y con el fortalecimiento de las mujeres, guiándolas, dando a conocer, potenciando.

– Mencionaste que la minería ofrece múltiples escenarios de desarrollo ¿No se circunscriben solo a campos propios de esta actividad y administrativos, hay un abanico más amplio de posibilidades?

Cada vez el abanico es más amplio. La tecnología y la innovación sin duda son un elemento diferenciador, ayudan a abrir espacios donde antes era impensado incluir mujeres, sobre todo por temas de fuerza física; pero estos desarrollos aportan mejores lugares de trabajo para todas las personas que integran la industria.

Claramente, y porque es más sencillo en áreas administrativas, sigue siendo la primera alternativa de las organizaciones al incorporar mujeres. La pandemia nos deja algo positivo al respecto: hizo posible el teletrabajo, y eso ha facilitado en parte el acceso femenino al mercado laboral minero a distancia, o muchas veces, en compatibilidad con su doble rol.

AVANCES Y PENDIENTES

– ¿Qué iniciativas específicas destacarías que hayan permitido aumentar la participación femenina en la actividad minera?

Las oportunidades de capacitación son un gran aporte, porque permiten contar con preparación a la hora de la búsqueda laboral. Al debe está la cantidad de oportunidades que las organizaciones ofrecen para prácticas en estos casos.

Otro elemento destacable son los estudios que realiza el Consejo de Competencias Mineras; que dentro de los aspectos que abordan, muestran claramente las brechas en capital humano, con un doble clic en las de género en el caso de empleabilidad en la minería, lo que permite que las organizaciones tomen acciones desde lo básico. Lo que no se conoce no se puede mejorar, dar visibilidad a estas brechas ha sido fundamental. Este mismo informe permite, además, a la academia definir hacia a cuáles carreras apuntar, según la demanda laboral futura.

– ¿Qué falta para seguir incrementando la presencia femenina y llegar a la tan ansiada paridad, o a que no exista ninguna restricción más allá de la libre decisión de cada uno/a?

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El hecho de que la Norma Chilena 3262 de Equidad de Género y Conciliación de la vida familiar y laboral sea voluntaria, hace que este tema pierda urgencia o peso. Esta norma no apunta sólo a incorporar mujeres, como muchas personas creen, busca el bienestar de todas las personas dentro de las organizaciones; es básicamente un excelente punto de partida. Pero hoy, al ser voluntaria, son muy pocas las organizaciones certificadas y, por lo tanto, muy pocas las que trabajan seriamente por equidad o incorporación real.

MINERÍA MOTOR FUNDAMENTAL DE LA ECONOMÍA

– Como mujer de la minería, antofagastina y comprometida con ampliar las oportunidades laborales de las mujeres, ¿qué impresión tienes de la discusión que se está dando sobre el futuro de esta actividad en la Convención, y las críticas que se le hacen por parte de algunos sectores?

La minería es motor fundamental de la economía en nuestro país. Anuncios como la nacionalización del cobre, por ejemplo, generan retroceso. Estoy absolutamente de acuerdo en que debemos trabajar en conjunto por una minería más sustentable, sin embargo, el desarrollo va apalancado por inversión, donde el aporte internacional ha sido clave. Las transferencias tecnológicas y culturales, la disciplina organizacional, tienen mucho que ver con el intercambio con los países que han invertido en la minería de nuestro país. Pensar en transformaciones radicales, tiene un costo sobre el que debiésemos ser aún más responsables. Es un tema que afectará el futuro económico de Chile; deben ser los expertos en la materia quienes, convocados, puedan fundamentar las posturas y diversos escenarios; no mensajes que van y vienen en redes sociales de algunos convencionales, que han generado ruido y discusión, sobre bases poco sostenibles.

Hay cosas más urgentes que atender, que destruir una fuente económica; debemos potenciar la minería, desafiarla al desarrollo, abrirla a mejoras, particularmente en lo medioambiental, generar sinergias con los proveedores locales y nacionales, establecer mejores alianzas con la academia; hacer de la minería un verdadero eje que permita llevar desarrollo, en especial a las comunidades de su entorno. Ocuparnos de estas materias es mucho más fundamental.